martes, 26 de diciembre de 2017

UNA TORRE EN EL RECUERDO...


Una de mis primeras postales, conservada en un magnifico estado y que fuera de
mi álbum, ilustra esta bella imagen, el articulo de esta semana. 

Años 20 aproximadamente, ediciones Guillen.


La peculiar torre de ladrillo, de la iglesia de San Pedro Mártir, se inauguro en Medina de Rioseco, la noche de un lejano 31 de diciembre de 1900 al 1 de enero de 1901, y si es cierto que en el proyecto inicial de la fabrica que la albergaba, no estaba proyectada, los Claretianos, vecinos de la localidad desde 1894, decidieron embellecer de alguna manera este punto céntrico de nuestra ciudad, y  siendo este proyecto, aceptado por el ayuntamiento, se iniciaron las obras, para la construcción de la misma, siendo esta, una sencilla obra de ladrillo, pero llena de cariño, por la misión y el simbolismo de la misma, que no era mas que el amor hacia Jesucristo, con este pequeño detalle, sendas placas donde el Corazón de María y Jesucristo Rey brillaran mas cerca del cielo.
Para tan bonita historia, no solo participaron los Claretianos, sino que todo el pueblo se hizo cargo con sendas limosnas, que pudieron llevar a cabo tal fin.
Ahora yo, con mis pocos años, echo de menos aquel característico rincón, de la nacional 601, que me guiaba, como los faros a los barcos, en la mar, en mi discurrir hacia la casa de mi abuela, y estoy seguro que a muchos de los que seguís mi blog, os ocurra lo mismo, ya que esta, nuestra vecina, nos acompaño a varias generaciones de riosecanos, que fuimos víctimas quizás de un mal entender restaurador, el lado bueno de aquella restauración, nos la trajo, la apertura de la iglesia, que desde que en el 2007, los Misioneros Claretianos, abandonaran la localidad, se cerro, a el culto la misma...

Con este ultimo articulo, me despido de este año deseando a todos los que seguís fielmente mis publicaciones, ¡Felices Pascuas y un venturoso Año Nuevo!


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jueves, 14 de diciembre de 2017

LOS VIEJOS HORTELANOS...

En Medina de Rioseco, de tanto convivir con los soportales, olvidamos que son un referente emblemático, una suerte arquitectónica singular que cose, casas en calles y plazas y nos recuerda la colosal herencia recibida de otros tiempos pasados, ya que estos nacen de la necesidad de cuando no había electricidad permitiendo trabajar delante de sus talleres y de guarecer a los viejos artesanos en su soportal de la lluvia o del sol. Lo mismo que a los vendedores de productos del campo, a los viejos hortelanos, de los cuales uno de ellos, hoy, nos recuerda el esplendor de aquella Vieja India Chica, cada mañana en un pequeño rincón de la calle Mayor.

Ramonita todo un emblema de la calle Mayor...
Fotografía tomada a finales de los 90 y extraída de una revista de turismo rural de mi colección.

Y es que Ramonita desde los viejos soportales, vende todos los productos que el desaparecido Luis Ballesteros, con gran esfuerzo y sudor, recolectaba desde su cercana huerta al caño San Sebastián, lechugas, pimientos, calabacínes, tomates, patatas y todo tipo de verduras según la época del año y también las flores que recolectan cada año, para el día de Todos los Santos, coloreando ese viejo rincón de la calle Mayor para rendir memoria a los que un día nos dejaron.
Y desde esa finca llamada Villa Jesusa, Luis hacia el necesario homenaje a sus padres, uno con el nombre de la misma en homenaje a su madre y dos en honrar la memoria de estos, con la fama de sus productos ya que estos eran hortelanos antes que el y le enseñaron el orgullo de este antiguo oficio, incluso recuerdo que mas de un verano, los escolares, visitaban la vieja huerta, en donde Luis explicaba este viejo oficio, a estos futuros consumidores de este particular supermercado.

Desde estas humildes letras, me gustaría quizás pedir que el trabajo y esfuerzo de estos últimos hortelanos de la calle Mayor quedara plasmado a modo de recuerdo con una placa como homenaje por parte de la Ciudad de los Almirantes, en ese pequeño rincón, a tantos años de servidumbre a esta población que no olvidara nunca la sonrisa de este matrimonio ejemplar...

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viernes, 8 de diciembre de 2017

Así ha cambiado Rioseco en 60 años...

Hoy nos trasladamos en un ruidoso viaje en avioneta y sin miedo a marearnos, por un Medina de Rioseco, quizás desconocido para muchos pero que hoy, varios edificios ya históricos, guardan celosamente el pasado de esta vista de 1958.

La fotografía, esta situada en el lado oeste de la ciudad, en el antiguo barrio del Carmen, en la que podemos destacar, a la izquierda de la misma imagen, el famoso Coso, donde los Hermanos Peralta, organizaron el famoso Festival Benéfico, pisando sus arenas, las figuras mas importantes del momento y unos metros mas abajo, la antigua estación del Ferrocarril Económico y a su lado, la grandiosa finca del Convento de San José, destacando el terreno empleado por estas para su huerta y la casa convento y pegado a esta, la bella portada de la Iglesia del mismo convento, donde crea un bello rincón, popularmente conocido como el Corro del Carmen, en el lado opuesto al convento, cerrando este lugar, viviendas solariegas ocupan hasta la calle Matadero, lo que unos años mas tarde fueran las viviendas edificadas en el viejo solar, por unos jóvenes constructores Hermanos Acuña y siguiendo nuestro viaje en esta vieja vista, llegamos hasta los viejos soportales y viviendas señoriales, destacando la de los Viguera, hasta llegar al viejo solar donde estuvo durante varias décadas, la famosa Cafetería Castilviejo.

Vista datada en 1958 y comprada en Tarragona a viejo aficionado a la fotografía.


En el esquinazo de la fotografía, nos encontramos el colegio de San Vicente de Paúl y adosado a sus muros, la iglesia de San Pedro, mas conocida popularmente por la iglesia de los Padres y creando otro de los populares Corros, este conocido por el de Santo Domingo, detrás de esta iglesia, podemos distinguir los tejados de la vieja fundición, la foto nos muestra un largo camino de Castilviejo que desemboca en la calle de la Pinilla y que franquea, la conocida Tierra de Campos, con la característica propia de la misma, una gran planicie desarbolada, en la llanura cerealista.
La parte inferior de la fotografía nos muestra la carretera de Valladolid-León, en la que varios jóvenes arboles delimitan la vía, destacando las Casas del Paseo, recién construidas, con sus patios en la parte posterior de las mismas y entre la calle del Castillo y la calle de las Armas, los famosos Portales del Carbón, para acabar destacando en la zona de la izquierda, el Pósito, antigua alhóndiga de la Ciudad de los Almirantes y conocida popularmente como El Torno.