jueves, 13 de julio de 2017

TRAGEDIA Y PIEDAD PARA LAS RELIGIOSAS...

En el inicio de la Guerra de la Independencia, el 14 de julio de 1808, en las inmediaciones de Medina de Rioseco, en el monte del Moclin, se saldo con la derrota del ejercito español, comandado conjuntamente, por los generales españoles, General Blake y General García Cuesta, frente al Mariscal Bessieres.
La derrota en Rioseco supuso la primera de muchas victorias del ejercito francés, que extendió la batalla por todo el país.

Cromo de los años 60, titulado, la batalla del Rio-Seco
Viñeta  publicitaria perteneciente a la empresa de chocolates Vinay,
marca francesa de chocolates, pertenece al álbum de imágenes de
la historia de Francia, comprado en Potiers a anticuario local.

Pero de lo que hoy vengo a hablaros es de las trifulcas, que las tropas llevaron a cabo en el caserío de Rioseco, y sobre todo en su población, civil y religiosa, ya que las tropas saquearon las casas y los templos y llegaron a pasar hasta a cuchillo a sus habitantes, violando a mujeres también.
Y de estas ultimas y concretamente de la congregación de religiosas de Santa Clara, y de las consecuencias que genero la batalla en la comunidad durante algún tiempo, trata este articulo, y concretamente para ello, tomamos como base de estudio una serie de cartas, que se conservan en el archivo municipal del Ayuntamiento y en el archivo del cenobio, y que nos hacen viajar al Rioseco, asolado por los franceses, en el que cosechas, comida, animales, dinero, muebles y joyas, habían sido pasto de la avaricia de las tropas del General Bessiers.
La primera de ellas esta enviada por la Abadesa del Convento, al Señor Corregidor de la ciudad, en la que desde el respeto y la humildad de su regla, le hace publico, las necesidades, para sostener y dar comida a la comunidad, por ello pide socorro y benevolencia, ya que esta comunidad lleva mas de 6 días, alimentándose a base de sopas, por ello pide piedad y alivio para solventar esta situación.
La segunda de esta serie de 5, esta enviada por el señor Comisario a el Duque de Abrantes, y en la cual se hace la entrega y el transporte de las rejas, para colocar en la nueva casa de la comunidad de religiosas, en el convento de San Juan de Dios.
La tercera carta es enviada por la Abadesa del Convento al Corregidor de esta ciudad, relata que después de haber abandonado su convento y tras su marcha a la nueva ubicación, para el uso de Santa Clara como hospital, ya que el de San Francisco se encuentra lleno de enfermos, solicitan si pueden arrendar la huerta del convento, como de costumbre se viene haciendo, por la necesidad económica de sustento de la congregación.
La cuarta carta esta enviada por el Señor General Boyer a la Abadesa del Convento, Doña María Francisca Carrascal y en ella, nos habla del problema de alojar las tropas y los carros, volviéndose a producir el mismo problema con unos bueyes y los soldados y que haga el favor de permitir su estancia, aunque excuse la serie de desperfectos y destrozos que sus hombres causan en el Cenobio,  y para ello le rogaría que dicho ganado se traslade a otro lado o al prado de San Francisco ya que en mi convento esta destinado para los que mueran en este hospital.
La quinta carta es la respuesta a la cuarta en la que el Comandante de los Dragones Don Julio Boyer, responde a la Abadesa , espresándola, que el ganado que se encerró ayer, en el convento, marchara mañana a Valladolid y que a su marcha, ponga el custodio en la puerta y no abra a nadie, para así no dar mas prejuicio a la propiedad del convento.

Parece que a veces las batallas y los años hacen que las hagamos un poco mas ficticias de lo que fueron y la imaginación de quien las cuenta hacen que estas sean mas épicas y trágicas que lo que en realidad fueron, pero estas cartas a modo de legajos, nos muestran fielmente la realidad de un hechos acontecidos en nuestra tierra...

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