viernes, 29 de enero de 2016

REJA DEL TESORO...

La reja de protección o enrejado es un elemento arquitectónico usado como cerramiento de ventanas u otras aberturas y para cerrar o separar espacios (en el arte cristiano, capillas, coros, etc). Las primitivas rejas de barrotes fueron evolucionando artísticamente en la herrería y la cerrajería. Su función puede ser doble, como protección de seguridad o como adorno, y su objeto es permitir la visión entre dos espacios que separa o aisla.
En la antiguedad, griegos romanos y bizantinos usaron el bronce como material para el cerramiento de puertas, ventanas y otros espacios, y como protección en sus templos de culto y exhibición.
Durante los siglos XI al XIII el trafico de reliquias tras las cruzadas desarrollo toda una industria de seguridad en iglesias, abadías y catedrales para proteger tesoros del cristianismo.
Hasta que llegamos al periodo gótico donde lo tipos van evolucionando en el sentido de cargarse la ornamentación en su parte superior y en la cerradura y haciendo barrotes tanto redondos como cuadrados y las abrazaderas serán sustituidas por remaches.

Armario archivo en Santa María de Mediavilla.

Y llegamos a nuestro armario-archivo o reja del tesoro situado en la iglesia de Santa María de Mediavilla, esta situada cerca del arranque de la bóveda sobre el arco de entrada de la suntuosa capilla de los Benavente, sobre el muro superior derecho, debajo de una cornisa con adorno de bolas. Esta integrada por once barrotes de sección cuadrada, dispuestos en arista, que perforan en su mitad, otro dispuesto horizontalmente. A la izquierda un barrote entorchado de mayor sección, sirve de quicio a la puerta. En su parte superior lleva sobre puestos dos escudos sin labrar, en chapa de hierro recortado.
De los tres cerrojos que tenia esta reja (no hay que olvidar que la finalidad era la de guardar cosas valiosas) solo se conserva el de la parte superior que es una pieza notable de la cerrajería de la época.
El conjunto de la obra es estimable, se trata de una pieza de forja en la que se supedita todo a la  finalidad de mantener fuera del alcance de los asaltantes, los objetos de valor que la iglesia poseía; de ahí el lugar donde se coloca y la sensación de seguridad que da.
Sabemos que antaño allí estuvo el archivo municipal, y que fue trasladado al edificio del Ayuntamiento y que por cierto en su nuevo asilo recibió un trato de ejemplar vandalismo. De la mayoría de los privilegios fueron arrancados sus sellos a tirón llevando cordones de seda y el trozo de pergamino donde estaba sujeto. Sabemos que por parte de Esteban García Chico, se solicito autorización para colocar los valiosos pergaminos en lugar donde no pudieran sufrir los ultrajes de la incultura de algunas gentes.
Después de abordar algunos obstáculos consiguieron colocar en doce vitrinas los privilegios, células reales, ejecutorias, cartas del Almirante don Fadrique II... los documentos que parecían tener un relevante interés.

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