domingo, 10 de agosto de 2014

Un dia de mercado...

Dicen los viejos papeles de los archivos que fueron Isabel y Fernando, los Reyes Católicos, quienes concedieron el privilegio de celebrar ferias y mercados, y ya Andrés Navajero, el embajador veneciano que anduvo por España entre 1523 y 1527, recuerda en sus escritos que eran famosas estas ferias a las que acudían gentes de muy dilatados horizontes. Pinheiro da Veiga, el portugués que escribió La Fastiginia, se asombra de que una de las comarcas que abasteciera a Valladolid de abundantes truchas fuera esta precisamente de Medina de Rioseco. O el Sequillo era otro rió, o aquí venían a parar las truchas de León, bien seguro. Y es curioso saber por boca de otros viajeros el por que Rioseco se convirtió en la muy alabada India Chica de entonces.
Tal lo que afirma Francisco Bertaut en su diario de que la Real Chancillería había empobrecido a Valladolid de modo tan insensato limitando la libertad de los mercaderes, que estos se habían retirado para nutrir la vida comercial de la Ciudad de los Almirantes...

Contraportada de un programa de mano de las
Ferias y Fiestas de San Juan de 1951

Hoy quiero hablaros de la crónica aparecida en un periódico local sobre el mercado semanal durante el mes de marzo de 1956.

JUEVES - 1. Después de un tiempo de frió y con mucha nieve, hoy lucio el sol de nuestra Castilla y esto trajo a nuestro tradicional mercado, la alegría y animación de vendedores y compradores, que en franca y cordial armonía realizaron las operaciones de compraventa, que en realidad fueron muy numerosas.
Entraron unos cinco mil kilos de queso, que fueron rápidamente vendidos al precio de 23 pesetas kilo; igualmente se pusieron a la venta doscientos lechazos, que cotizaron a 17 y 18 pesetas kilo, siendo adquiridos en su mayoría por los industriales de esta, Don Félix San José, Don Donato Gutierrez, Don Ramón Perez y otros. Como siempre y en gran numero fueron vendidos estupendos ejemplares en cerdos lechones, presentados por los hermanos Rodrigo de Valverde de Campos; y el industrial de Gradefes (Leon), que se desplazo a esta gran ciudad, con el destacado industrial, Don Luis San José; los precios fueron de quinientas a seiscientas pesetas ejemplar.
En piensos hubo gran animación ya que los ganaderos tenían necesidad de comprar para mantener sus ganados, siendo los precios muy elevados, como acontinuación se detalla: Cebada se cotizo a 3,50; avena igual precio; muelas a 3,20 y garbanzos, a 8,50 pesetas kilo. Todo lo presentado se vendió rápidamente, ya que, como dijimos antes, había gran necesidad de adquirirlo. En mulos y caballos, se hicieron algunas ventas, siendo destinadas para el matadero.
Y como nota final, hemos tenido el gusto de saludar nuevamente a nuestro querido amigo Don José Such Conejero, industrial de Valencia, quien nos ha presentado sus riquisimas naranjas, que son puestas a la venta diariamente por el vecino de esta; Don Sixto Garcia Cela y al precio de 2 pesetas kilo.


Para terminar simplemente decir que un dia no muy lejano el Mercado de Rioseco tienda a prosperar y a recuperar su sitio en la historia...

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